El shiatsu es un tratamiento de origen japonés que emplea la presión de los dedos y las manos para mejorar la salud.
La presión sobre el cuerpo, fomenta la estimulación o sedación (según corresponda) de las funciones fisiológicas, para aumentar la capacidad de autocuración natural de nuestro organismo. Dependiendo de la intensidad, velocidad o frecuencia de la presión, el organismo reacciona de diferente modo.
El estímulo de intensidad leve-moderada, facilita el inicio de la actividad funcional; el estímulo de intensidad moderada-media, consigue el aumento de la actividad funcional; una intensidad media-fuerte, inhibiría ciertas funciones y el estímulo fuerte-muy fuerte, terminaría deteniéndolas.
Si el estímulo de intensidad se combina con la velocidad y la frecuencia conseguimos un número elevado de posibles tratamientos. Para elegir la combinación más adecuada, es imprescindible una gran destreza del especialista en shiatsu.
El mecanismo del reflejo de presión, fue explicado por el profesor Takagi, experto fisiólogo japonés. El profesor Takagi comenzó a investigar ese fenómeno, tras llamarle la atención la transpiración irregular que se producía en el cuerpo humano cuando estaba tumbado. Observó que la región del cuerpo que se apoyaba en el tatami, transpiraba menos que la zona del cuerpo que no se apoyaba en el mismo.
Tras un largo periodo de investigación, probó que la presión asimétrica ejercida sobre la superficie del cuerpo, era la causante de que la zona sin estímulo de presión transpirara con más abundancia. Sus estudios le llevaron a la siguiente conclusión: “Cuando se presionan dos puntos simétricos en la superficie del cuerpo, se producirá un aumento en la contracción de ciertos músculos y la relajación de otros”.
Los especialistas en shiatsu, conocemos bien este reflejo del sistema muscular y sabemos que tendrá consecuencias musculoesqueléticas, vegetativas, hormonales y en general en las funciones fisiológicas del ser humano. Si el especialista en shiatsu sabe localizar, con exactitud, los puntos sobre los que presionar y los efectos de dicha presión, puede llegar a realizar el tratamiento adecuado para cada persona.
Reflejo Víscero-Cutáneo 
Una parte muy importante del sistema nervioso es la de comunicar los órganos, músculos, glándulas etc, con el cerebro de modo bidireccional. Es decir, el cerebro recibe información desde los órganos, músculos, etc, y posteriormente elabora un protocolo de actuación, que envía a éstos para cambiar su estado o mantenerlo de acuerdo con la información recibida.
En muchas ocasiones, en este proceso se pueden producir reflejos por medio de dolor, sensibilidad u otras reacciones que pueden ser percibidas por el ser humano de manera consciente o no. Por ejemplo, la hiperestesia es un exceso de sensibilidad en ciertas zonas, producida por disfunción de un órgano, también podemos sentir, ocasionalmente, un exceso de contracción muscular por la misma causa o sencillamente dolor reflejo causado por un trastorno orgánico.
Para simplificarlo digamos que estas zonas de dolor, contractura o hiperestesia están siendo percibidas por el cerebro como si fueran el propio órgano. En shiatsu manejamos la teoría de bidireccionalidad y por lo tanto, si conocemos la ubicación de las zonas reflejas, sabemos con qué órganos se corresponden y cómo presionarlas, podremos actuar y ayudar a muchas personas a equilibrar sus sistemas fisiológicos, por medio de unas simples presiones.
Una de las figuras más relevantes del shiatsu fue Toru Namikoshi, hijo de Tokujiro Namikoshi, que pasó gran parte de su vida difundiendo el shiatsu por el mundo. Su teoría se apoyaba considerablemente en el funcionamiento del Sistema Nervioso Autónomo.
Toru Namikoshi trabajó para separar la terapia shiatsu del tradicional masaje amma y probó que el shiatsu tiene una base científica, relacionada con la ciencia médica moderna y que requdería de una amplia comprensión anatómica y fisiológica. Apartó el tratamiento de shiatsu de algunas fórmulas superficiales de tratar la salud que se daban en su país.
Para Toru Namikoshi, el tratamiento de shiatsu debe servir para prevenir la enfermedad y reactivar la capacidad de autocuración innata del organismo. El sistema que diseñó junto a su padre y luego perfeccionó con su trabajo, la ayuda de su esposa Matsuko Namikoshi y ahora su hijo Takashi Namikoshi, hacen de este shiatsu una eficaz herramienta de trabajo.
Tras fallecer Toru, su esposa Matsuko y su hijo Takashi, han continuado con la difusión del shiatsu en el mundo. Matsuko Namikoshi es, probablemente, una de las personas que más a fondo conoce el shiatsu por su trabajo junto a su marido y por la íntima colaboración que ha mantenido con Tokujiro Namikoshi.
La Maestra Namikoshi y su hijo Takashi, tienen muy claro su papel en la historia del shiatsu y son conscientes de que su labor es de suma importancia: en Japón, con sus aportaciones para la mejora de la calidad técnica del shiatsu, sus especialistas y la promoción de modelos educativos que mejoren la calidad de la enseñanza y en el resto del mundo, con la elaboración de una línea básica y estandarizada de los sistemas de aplicación y enseñanza del shiatsu.
Su objetivo final es, elevar el nivel global del shiatsu en el mundo y universalizar su aprendizaje y aplicación.
En Europa cuentan con varios colaboradores que les ayudan en la difusión del shiatsu en el continente y resto del mundo.
En España asesoran a Shiatsu Yasuragi en el apartado técnico. Acuden con frecuencia a España para impulsar la enseñanza estandarizada del shiatsu en Europa de mano de Shiatsu Yasuragi y participan en los Congresos Internacionales de Shiatsu, www.shiatsucongreso.com, que organiza Shiatsu Yasuragi. Su aportación al shiatsu en nuestro continente, es siempre bien acogida por los alumnos que han tenido la ocasión de recibir sus enseñanzas.
Arturo Valenzuela Serrano
Fundador de Shiatsu Yasuragi
Discípulo Directo de Matsuko Namikoshi
Shiatsu es como el cariño maternal puro!!